“Era un Hombre joven y Sano, Pero en Pocos días el Coronavirus Acabó con su Vida.
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El mexicano Sergio Andrade de Brooklyn, de 34 años, deja una familia destrozada.
FOTO: CORTESÍA / CORTESÍA
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Por: Fernando Martínez
El COVID-19, un virus que es potencialmente mortal, ha destrozado a centenares de familias hispanas tras casi un mes dejando su estela de muerte en la Gran Manzana.
Aunque la tendencia es que las personas de la tercera edad contagiadas son las que más sucumben ante las complicaciones de la enfermedad, en los vecindarios de la ciudad de Nueva York ya se contaban, hasta este jueves, más de 230 fallecidos que tenían entre 18 y 44 años. Muchos de ellos hombres.
Y este drama de niños y adolescentes que pierden repentinamente a uno de sus padres empieza a recorrer las calles y a corroborar, casi diariamente, que el “riesgo cero” no existe con el coronavirus.
Sobran las historias. La enfermedad viral hizo estragos en cuestión de días con la vida del taxista mexicano Sergio Andrade, de 34 años, quien lamentablemente dejó a dos niñas, de apenas uno y siete años, además de su esposa Melissa Andrade, de 28 años, con la vida hecha pedazos.
La joven familia, hoy totalmente fracturada, vivía en el vecindario Boro Park, en Brooklyn.
Melissa comentó que su esposo no tenía ningún problema de salud, “solo ganas de seguir trabajando duro para ayudar financieramente a toda su familia”.
Sergio había llegado a Nueva York hace 20 años. A pesar de los riesgos que corría trabajando como taxista, decidió tomar todas las previsiones: usar guantes, máscaras y limpiar rigurosamente su vehículo para no dejar de producir dinero para los suyos.
“Él me comentó días antes de que le empezara a doler todo el cuerpo y darle fiebre, que le daba mucho temor porque la mayoría de sus clientes eran judíos del vecindario. Sin juzgarlos, me dijo que por razones religiosas ellos no se estaban protegiendo”, comentó a El Diario un allegado al padre fallecido.
“Estaba lleno de vida, nunca se enfermaba”
La viuda del inmigrante mexicano contó que hace dos años su esposo había regularizado su situación migratoria en el país y se sentía feliz porque podía cumplir su anhelo de visitar cada año al D.F.
“Solo logró ir una vez a su país, después que obtuvo los papeles. El estaba lleno de vida, nunca se enfermaba. En diez años juntos no recuerdo verlo enfermo ni por gripe. Era alegre, le encantaba tocar la guitarra y dedicarle canciones a sus dos niñas. No sabemos qué vamos a hacer sin él”, dijo entre sollozos Melissa.
Solo en 10 días el coronavirus acabó con la existencia del joven inmigrante y de algún modo con su familia.
El 25 de marzo empezó a sentirse enfermo, fue trasladado al Hospital Maimonedes en donde el viernes 3 abril se confirmó que era positivo en COVID-19, lo que hasta ese momento era solo una sospecha. Al día siguiente falleció.
Hasta este jueves la familia de Sergio no había podido darle sepultura, ni cremarlo, porque los servicios funerarios en Brooklyn están totalmente colapsados. Aguardan en una larga lista de espera.Jorge Cruz, de 34 años, murió dejando a su pequeño de 2 años de edad. / Foto: Cortesía de la familia
“Era obvio que tenía el virus”
El boricua Jorge Cruz, al igual que Sergio, tenía 34 años. De acuerdo con los relatos de sus familiares en Brooklyn, tampoco contaba con diagnósticos de enfermedades preexistentes. El pasado 23 de marzo presentó dolores de cabeza, que al tercer día terminaron en graves problemas respiratorios.
Luego de transitar por hospitales, con todo el cuadro clínico asociado con la enfermedad viral, los centros de salud a donde acudió solo le recetaban antibióticos y medicamentos para la persistente tos. Y le indicaron que guardara reposo en su casa.
A los pocos días murió. Aunque nunca se confirmó en un test que estaba contagiado con el COVID-19, su familia manifestó a medios locales que era “obvio” que tenía el virus, que en su caso fue letal.
El pasado miércoles 1 de abril, Jorge se sintió muy mal y fue llevado al Hospital Woodhull en Brooklyn. Estuvo en observación por 12 horas y fue devuelto nuevamente a su casa con indicaciones para que el tratamiento fuese administrado en su casa. A los tres días, falleció.
Beatriz Núñez, su pareja por 14 años, narró que llamó a los paramédicos cuando ya se encontraba mareado y agonizando. “Le chequearon los pulmones, dijeron que él está respirando bien. La recomendación de ellos fue que si tenía neumonía era mejor no ir a una sala de emergencia, porque se le podía pegar el virus, si aún no lo tenía”.
Joan Morales, amigo de Jorge y su familia, publicó en su cuenta Facebook: “Fuiste el más dulce, amaste a tu familia más que a la vida, Lo que te pasó fue una tragedia. Mi corazón está con la familia Cruz y especialmente con Beatriz, el bebé Logan y tu hermano Mathew. Nunca conocí a dos hermanos que tuvieran un vínculo tan estrecho. Nunca conocí a un padre que estuviera tan orgulloso de ser padre”.
Incidencia del COVID-19 en los más jóvenes:
39% y 40% del total de pacientes positivos en coronavirus tienen entre 18 y 44 años en la ciudad de Nueva York.
4,426 muertes asociadas con complicaciones de coronavirus en NYC hasta este jueves.
230 decesos de personas entre 18 y 44 años.
181 de esas muertes reportaron condiciones prexistentes.
13 no registraron cuadros o antecedentes de problemas de salud.
36 fallecidos de este grupo de personas jóvenes, se desconoce si tenían complicaciones.
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