Semana Santa: ¿Santidad o Depravación? Una Llamada de Reflexión a la Conciencia
Noticias
www.sinnadaqueocultarrd
Noticias
www.sinnadaqueocultarrd
Por Andrés Castillo
La Semana Santa, también conocida como la Semana Mayor, fue concebida desde sus orígenes como un tiempo de recogimiento, reflexión y profundo respeto hacia el sacrificio de Jesucristo. Durante generaciones, nuestros abuelos y bisabuelos nos contaban historias que hoy parecen mitos, pero que en su momento marcaron la conducta y la reverencia del pueblo hacia estos días sagrados.
Nos decían, por ejemplo, que no se debía ir a la playa porque uno podía convertirse en pez, una manera simbólica de inculcar temor reverente y respeto por los días que conmemoran la pasión, muerte y resurrección del Hijo de Dios.
Y aunque esas historias puedan sonar hoy ingenuas o exageradas, lo cierto es que lograban un propósito muy valioso: recordarle a la gente que esta semana no era como cualquier otra. Era —y sigue siendo— un tiempo separado, consagrado, para meditar en el amor de un Dios que dio a su Hijo para redimir al mundo.
Sin embargo, el paso del tiempo y la pérdida de valores espirituales han transformado lo que era una semana santa en una semana profana. Las playas, los bares, las fiestas desmedidas y la falta total de respeto hacia lo sagrado han tomado protagonismo. Lo que debería ser un tiempo de recogimiento se ha convertido, para muchos, en una excusa para la desenfrenada diversión, el libertinaje y la desconexión espiritual.
Hoy en día, Semana Santa es sinónimo de vacaciones, borracheras, música mundana, desenfreno y, lamentablemente, cifras alarmantes de accidentes, muertes y tragedias. Y si lo pensamos bien, hay muchos otros eventos y festividades durante el año, pero es durante esta semana donde más vidas se pierden, donde más caos se genera. ¿No es esto motivo suficiente para detenernos a reflexionar?
¿Será que Dios, viendo cómo la humanidad ha profanado una semana dedicada a Él, ha permitido que el enemigo tome control de lo que debería estar bajo su honra? ¿Será que lo que debía ser una Semana Santa se ha transformado en una "semana diabla", como dirían algunos, por la conducta del ser humano?
No se trata de juzgar, sino de despertar. No se trata de imponer, sino de invitar a la conciencia. Porque la verdad es que el sacrificio de Cristo no fue en vano, pero muchos lo tratan como tal. La cruz no fue una historia bonita para contar una vez al año; fue un acto de amor supremo para redimirnos del pecado. Y si Él dio su vida por nosotros, ¿qué nos cuesta dedicarle al menos una semana al año con respeto, con gratitud, con sinceridad?
Esta reflexión no es para condenar, sino para abrir los ojos. Para que, como sociedad, nos detengamos a pensar si realmente estamos honrando a Dios o si simplemente hemos dejado que el ruido del mundo ahogue el susurro del Espíritu. Quizás sea momento de retomar lo perdido. De volver al verdadero significado de la Semana Santa. De enseñarle a las nuevas generaciones que estos días no son para la carne, sino para el espíritu. No para la fiesta, sino para la fe.
Que esta reflexión toque corazones y despierte almas. Porque mientras haya vida, hay oportunidad de volver a Dios. Que no sea tarde cuando decidamos hacerlo. Que no tengamos que esperar una tragedia para recordar lo que debimos honrar desde el principio.
Noticias
www.sinnadaqueocultarrd
Publicar un comentario