Reflexión: ¿Qué sembraste durante tu vida laboral?
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Por Andrés Castillo - Periodista
Santo Domingo-- Un día te vas. Apagas la computadora, dejas las llaves del escritorio, y la puerta se cierra tras de ti. Nadie te espera afuera. No hay aplausos. No hay brindis. No hay llamadas al día siguiente. Solo tú, contigo mismo, y el eco de todo lo que sembraste durante los años de trabajo. ¿Estás preparado para eso?
Durante años nos han dicho que lo más importante es trabajar duro, producir, lograr metas, ascender, ahorrar, y al final… jubilarse para “disfrutar la vida”. Pero pocos nos hablan del camino emocional y humano que recorremos en ese proceso.
Muchos, enfocados únicamente en el "éxito", han pisoteado a colegas, levantado calumnias, saboteado a otros, ignorado llamados de ayuda o simplemente se han vuelto indiferentes. Y entonces, cuando llega el retiro, esperan paz. Pero la paz no llega sola: se cosecha.
La Santa Palabra de Dios es clara: "Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará". Y no se trata solo de fe, sino de sentido común y justicia divina. Nadie puede vivir ignorando al prójimo y luego esperar ser recordado con amor. El que siembra respeto, cosecha honra. El que siembra traición, recoge soledad.
He visto a muchos que, después de dejar sus cargos, creyeron que sus "amigos" seguirían ahí. Pero no eran amigos: eran conveniencias. Y al no cultivar relaciones genuinas, ni ayudar a quienes de verdad lo merecían, se quedaron sin nadie. Ni una llamada, ni un café, ni un “cómo estás”.
¿De qué sirvió entonces tanto esfuerzo, si al final el alma se siente vacía?
Esta reflexión no es para condenar, sino para advertir. Aún hay tiempo de cambiar. Aún puedes pensar, evaluar, corregir. No todo el que sufre en el presente está perdiendo. A veces, el dolor es el precio de hacer lo correcto, y la recompensa vendrá después.
Te invito a que trabajes con propósito, pero también con humanidad. A que lideres con firmeza, pero también con compasión. A que pienses en el hoy, sabiendo que todo lo que haces, cada palabra, cada decisión, tiene eco en el futuro.
Recuerda: no te vas a llevar nada, excepto lo que sembraste en el corazón de los demás.
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